viernes, noviembre 21, 2008

¿FALSO?

Elmyr d’Hory (1906 – 1976) fue un pintor húngaro que se hizo famoso (y rico), falsificando cuadros. Durante su intrincada vida, que dio para un documental del mismo Orson Welles (“F for Fake”), falsificó cerca de un millar de obras de artistas como Picasso, Modigliani, Matisse, Renoir, Toulouse-Lautrec, Gauguin y Chagall. En los años 50 y 60 sus cuadros colgaron en galerías y museos de arte moderno de todo el mundo, especialmente Estados Unidos. La fama que tiene Hory ha supuesto que, actualmente, se hagan exposiciones de sus falsos cuadros, muy valorados. La gente que ahora va a estas exposiciones pregunta: “¿Es un Hory auténtico?”. La respuesta es fácil: “No es un auténtico Cezanne, pero sí un verdadero Hory”.



Un Hory auténtico



La otra cara de la misma moneda es Anthony Auerbach, un joven artista británico que, empezó a pintar principios de los noventa, y cuya pintura, curiosamente, era muy similar a la de Frank Auerbach, pintor ya consagrado y que desde hacía décadas vendía sus cuadros por cifras millonarias. La alerta la dio la revista The Arts Newspaper ante la primera exposición individual de Anthony. Al igual que el viejo Auerbach, el joven Auerbach dibujaba con carboncillo, trazaba líneas caóticas, pintaba sobre collages de papeles, etc. Según la crítica, el joven Auerbach lo hacía deliberadamente, con la pretensión de que lo confundieran con el viejo.


Un verdadero Auerbach


No parece que Anthony tuviera problemas con la justicia cuando firmaba sus cuadros con su apellido. Elmyr d’Hory tampoco los tuvo cuando empezó a firmar con el suyo.