miércoles, diciembre 05, 2012

El hundimiento del Maine



Después de varios intentos, ya está aquí. Lo buscaron primero los eurodiputados solicitando la intervención de la UE ante una amenaza militar muy acojonante. Luego vino el pánico por los F-18 bombardeando la comarca. Pronto se vio que eran excusas patéticas. Pero ahora la cosa va en serio: el Proyecto Wert (así hay que llamarlo, por lo visto) es un ataque frontal al catalán, el mayor desde 1978. Como es habitual, los catalanes, con ese gesto de falsa indignación que tan bien ejecutamos, nos hemos lanzado a opinar con furia e indignación, para lo que no es necesario haber leído el Proyecto (¡faltaría más!). Esta carta, por ejemplo, que es pura mentira. Qué más da ¿no?, lo importante es que ya tenemos casus belli.

El Wertproyecto es confuso, ideológico (esos guiños a la curia) y no va a arreglar un sistema educativo irrecuperable. Pero ¿alguien -si puede ser, que haya leído el texto- me puede decir por qué supone un ataque al catalán? Todo lo contrario.

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miércoles, septiembre 12, 2012

Siervos


Las únicas ideas interesantes sobre lo de ayer están en el artículo del sábado pasado de  Gregorio Morán.  Todo lo demás son lugares comunes, euforia infantil o ironía imprudente.

Copio unos extractos:

"Allí donde hay un hombre con una bandera hay alguien dispuesto a obedecer, un siervo. Los mares de banderas los inventaron los fascistas y los recuperaron los regímenes totalitarios de diferentes signos. Un tipo con una bandera es un personaje ridículo, uno de esos disciplinados cómplices a los que la historia describe como figura decisiva en todos los desastres. En general no lo hace gratis, se lo suele cobrar en especies. Los que pagan, los señores, no suelen llevar banderas, las cargan sus criados. Los dirigentes, sean radicales o conservadores, no portan banderas; las flamean a sus espaldas los fieles."

"Fíjense en las ciudades. Han vuelto las banderas a los balcones, como en el franquismo, cuando se celebraban festejos o los conversos querían demostrar su adhesión inquebrantable. No son signos de integración sino de exclusividad. Quiere decir: en esta casa somos independentistas, o catalanistas, o abertzales, o españolistas. Orgullosos y arrogantes. Están en su derecho, ¿pero qué debe hacer el vecino? ¿Exhibir que es del Español, o del Real Madrid, o del Betis, que vota al PP o que se abstiene? El hecho de que llame la atención quien no ponga nada en el balcón es una muestra de que esta sociedad está llena de conversos del Séptimo Día, pero también de que hay una gente capaz de resistir esa presión y tomárselo con la misma discreción de quien ve ropa tendida en el lugar inadecuado y no llama a la Policía Municipal." 

"Cuando la gente digna se manifiesta no necesita trapo que encubra su situación: se pelea por la vida, por sus derechos, por la libertad, y para eso basta el riesgo de su cuerpo entero."

"Quizá, lo confieso con cierta vergüenza, lo que más me impresiona de estas historias de banderas y convicciones sobrevenidas es que han matado el pasado, lo han hecho desaparecer. Son las figuritas de Lladró de nuestra transición."

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martes, mayo 22, 2012

miércoles, abril 04, 2012

¡CONSPIRACIÓN!


Después del partido de ayer, han vuelto con más fuerza que nunca las indignadas voces que claman por esa conspiración urdida entre la UEFA y el Barça que persigue que ganemos como mínimo diez Copas de Europa consecutivas. Si miramos bien el asunto, y con la reforma laboral aprobada, yo echaba a los conspiradores a la puta calle, por inútiles.

Tiremos de memoria. En la Champions del 2005, el Barça fue eliminado en octavos de final por el Chelsea gracias a un gol de Terry tras una evidentísima falta a Valdés no pitada. Por cierto, el entrenador del Chelsea era Mouriño, el Luis del Pino de esta conspiración. Unos años más tarde, Barça y Chelsea se volvieron a encontrar en la famosa semifinal del Robo de Obrevo. Aquí la conspiración pro-culé tuvo un extraño comportamiento. Primero, en el partido de ida, se le escatimaron dos penaltis al Barça. En la vuelta, según los conspiranoicos, Obrevo habría perdonado al Barça no menos de cuatro penaltis. Reto a quien quiera a ver conmigo el partido entero: como máximo hay un penalti por mano de Eto’o (que tampoco, pues es involuntaria). El resto es una falta fuera del área de Álves, un piscinazo de Drogba y un forcejeo entre el propio Drogba y Touré. Lo curioso es que en ese partido, el ínclito Obrevo, se supone que para disimular, expulsó injustamente a Abidal (ànims Abi). El ya mítico Robo de Obrevo es como el no menos legendario Playitagainsam de Casablanca, que todo el mundo jura haber visto (u oído) pero que nunca tuvo lugar.

Otro de los hits de la conspiración es la expulsión de Van Persie en la eliminatoria del año pasado contra el Arsenal. Todo un robo si nos olvidamos del gol mal anulado a Messi y del no-penatly a Pedro (ni expulsión) del partido de ida, y del penalti a Messi no señalado en la vuelta.

Como se ve, esta conspiración es muy cutre (yo, como beneficiario de la misma, estoy indignadísimo). De qué nos sirve conspirar si en la eliminatoria contra el Inter (equipo que en esa época entrenaba el antes mencionado Luis del Pino), en la ida nos escatiman un penalti y les dan a los italianos un gol en fuera de juego, y en la vuelta, con los aspersores apagados, el árbitro anula un gol que nos daba el pase a la final por unas dudosísimas manos de Touré. Y así llegamos a la reciente eliminatoria contra el AC Milan, en que los conspiracionistas braman por los dos penaltis del Camp Nou (que eran), olvidando que el árbitro en San Siro se tragó dos penaltis clarísimos (a Alexis y a Puyol) a favor del Barcelona.

Según ya he apuntado, todo esto, según los conspiranoicos, serían maniobras de distracción y disimulo, pero a mí, lo siento, me parece una puta mierda de conspiración.

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lunes, enero 02, 2012

2011