"Hablaremos de la picardía, porque es una actitud que en el ámbito colectivo puede hacer daño. Hace daño. Hay una forma inocente de ser pícaro. Picardía dentro de las reglas de un juego no tramposo. Picardía hecha de habilidad, pero no de trampa. Pero ahora hablaremos de la picardía que considera normal el engaño. Y que juega con valores que la sociedad necesita que sean sólidos, y de respeto y de admisión generales.
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Un país necesita políticos y hombres de una pieza, capaces de aguantar situaciones difíciles. Incluso, muy difíciles. Y sin garantía de que se les reconozca lo que hacen.
Esto es lo que necesitan ahora muchos países de Europa. Y evidentemente Ponilandia. Donde es cierto que hay pícaros, y espabilados, y gente que rehúye el riesgo de la responsabilidad, pero también gente capaz de aguantar tempestades y embestidas que vienen de fuera. Y nuestras propias debilidades. También las picardías de los de casa. Pero, razón de más para que la gente que en condiciones tan difíciles aguanta y no se esconde pueda contar con mucha comprensión y mucha colaboración."