martes, mayo 26, 2009

La Copa de Europa

(“¡Que alguien me diga si lo vio llorar abrazado a todos como lo vi llorar yo a ese viejo, que te puedo asegurar que ese día fue para ese viejo el día más feliz de sus vida, pero lejos lejos el día más feliz de su vida, porque te juro que la alegría que tenía ese viejo era impresionante!” –ROBERTO FONTANARROSA- 19 de diciembre de 1971)

Mi primer recuerdo de una final de la Copa de Europa es la que jugó el Madrid contra el Liverpool a principios de los ochenta. No creo que tenga imágenes concretas del partido, pero gracias a un truco de la memoria diría que me acuerdo con claridad del gol del Liverpool y de la ligera sensación de alegría que había en casa por la derrota del Madrid. De esa época también tengo vagos recuerdos, aunque más fiables, de una final que le ganó el Aston Villa al Bayern de Rumenigge y de la que le ganó el Hamburgo a la Juve de Dino Zoff.

No fue hasta lo de Heysel que tengo imágenes precisas. Cuando encendí la tele para ver el partido parecía que aún estaban en los prolegómenos. Algo raro pasaba porque el partido ya debía haber empezado. Aunque las informaciones eran algo confusas, se hablaba de que decenas de italianos habían muerto asfixiados. Debo reconocer que, a pesar de lo que había pasado, pude ver el partido con cierto interés y que me alegré de la victoria de la Juve. En esa época yo ya era idiota. Creo que murieron treinta y ocho italianos. Se cuenta que al día siguiente, en Turín, apareció una pintada de los hinchas del Torino que decía Liverpool 38- Juve 1.

Tras la catástrofe de Heysel, vino la humillación de Sevilla (para los que no sepan lo que pasó: en 1986, el Barça perdió la final de la Copa de Europa contra el imbatible Steaua de Bucarest, en Sevilla, con el estadio lleno de barcelonistas, incapaz de marcar un puto gol tras 120 minutos y la tanda de penaltis, en que fallamos los cuatro que tiramos), mi primer gran trauma futbolístico. Luego he tenido muchos más.

De los años posteriores a Sevilla lo mejor fue el asombroso gol de Madjer de tacón contra el Bayern. Los días siguientes a esta final, en el patio del cole todos nos dedicábamos a emular, sin éxito, el gol del argelino; eso sí, conseguimos que los partidos del patio se convirtieran en una performance surrealista. Y de ahí pasamos al estupendo Milan de Sacchi, y al regocijo que me causaron los pertinaces e infructuosos intentos del Madrid de la Quinta.

Hasta que llegó la final de 92. Ese día (20 de mayo de 1992), del que recuerdo todos los detalles (acabé mis exámenes de COU, ensayamos con el grupo para el concierto que daríamos en la fiesta de fin de curso, etc), vi el partido con mi padre, que sospecho que no iba con el Barça. Después de lo de Sevilla, y tal y como estaba discurriendo la cosa, lo único que quería era evitar la tanda de penaltis. Incluso prefería que marcara la Sampdoria antes que sufrir la agonía penaltística otra vez. La historia es conocida: en el minuto 108 de partido falta a favor del Barça; tocó Stoichkov, paró Bakero y chutó Koeman para marcar y darnos, por fin, nuestra primera Copa de Europa. Es difícil encontrar la analogía correcta de un momento así. En este asunto estoy totalmente de acuerdo con el gran Nick Hornby: “el símil sexual se entiende bastante bien, pero no acaba de encajar. Un orgasmo, por muy obviamente placentero que sea, es algo familiar, que se puede incluso repetir y que es previsible, al menos en el caso de un hombre. Ninguno de los momentos que la gente suele describir como los mejores momentos de sus vidas son en modo alguno análogos. Dar a luz debe de ser algo extraordinariamente conmovedor, pero carece del elemento de sorpresa, que es crucial, y además es algo de dura demasiado. Ver cumplida una ambición personal –un ascenso, un premio, lo que sea– no entraña ese factor muy de última hora (…). Puede que ganar un premio enorme en la lotería, pero es que ganar una fortuna es algo que afecta a una parte de la psique radicalmente distinta, y carece del éxtasis comunitario que se tiene en el fútbol. Hay que llegar a la conclusión de que no hay literalmente nada que lo describa. He agotado todas las opciones disponibles. No recuerdo ninguna otra cosa que haya podido codiciar durante veinte años, ¿hay algo que se puede codiciar razonablemente durante tantísimo tiempo?...”

Yo llevaba quince años codiciando eso. Es evidente que no fue el momento más importante de mi vida, pero no encuentro ninguna otra situación que me haya dado un placer tan concreto e intenso, que me haya hecho tan feliz.

Los cuatro goles que nos enchufó el Milan de Capello, dos años después, aniquilaron al Dream Team y fueron el inicio de una larga temporada para el Barça sin oler nada en Europa. Hay que reconocer que en esos años el trofeo se devaluó bastante pues, además de que para participar en él ya no era necesario ser campeón de Liga, ganaron el título equipos horribles como el Borussia de Dortmud o el Madrid de Karembeau, el tipo con más suerte del mundo: un auténtico paquete que ha ganado la Copa de Europa, la Eurocopa y el Mundial, jugando de titular en todas las finales. Eso sin contar que está casado con una top model. He de reconocer que cuando el Madrid ganó la Séptima, con el gol de Mijatovic en clarísimo fuera de juego, me quedé atónito. Después de regodearme ante los infinitos batacazos europeos del Madrid, llegué a pensar que los merengues no volverían a ganar la Copa de Europa. Me equivocaba.

Pues sí, el Madrid ganó tres trofeos en esa época, de la que también debo recordar una siniestra final entre el Milan y la Juve (que acabó 0-0 y se resolvió por penaltis) y la sensacional remontada del Liverpool ante el Milan, perdiendo 3-0 en el descanso. Nosotros estábamos sufriendo la negra etapa del Barça de Gaspart.

De ahí pasamos a la final de París (2006), en que le ganamos al Arsenal gracias a un gol de Belletti. La emoción no fue la misma que en el 92, pero estuvo francamente bien. Habían pasado ya catorce años por lo que no se puede decir que los barcelonistas estuviésemos acostumbrados a ganar la Copa de Europa.

En fin, mañana jugaremos nuestra sexta final. Como siempre, seré incapaz de disfrutar del partido, a no ser que vayamos ganando cuatro a cero en el minuto quince, lo que no parece muy probable. Eso sí, yo con el 2-6 ya he amortizado la temporada.

jueves, mayo 21, 2009

Faltan dos días

viernes, mayo 08, 2009

Sobrevalorados (y II): panorama general.

… Almodóvar, el jazz, Fernando Alonso, los huevos estrellados, Obama, el teatro, el cine europeo, Cristiano Ronaldo y Kaká, “Sin perdón”, “Ciudadano Kane”, Barcelona, San Francisco, las ostras, Buenafuente, los musicales, Lebron James, la música brasileña, Javier Marías, Murakami, el Sgt. Pepper’s y el Pet Sounds, “La Leyenda del tiempo” de Camarón, Marlon Brando, Meryl Streep, el foie, el tecno en todas su variantes, la trilogía de El Padrino, Andy Warhol, el minimalismo, la Bauhaus, la New Wave, los televisores de plasma, Ferran Adrià, las series de TV americanas (actuales), El País, el vino, el whiskey, Lawrence de Arabia, la Fórmula 1, J.F. Kennedy, El gatopardo (la película), Pasolini, Chaplin, Al Pacino y Robert de Niro, la política, Tim Burton, Cortázar, el Real Madrid, los blogs, la gripe porcina…


Y ahora, con todos Vdes., Ferran Adrià:

martes, abril 14, 2009

Gigante de la Provenza



He pasado la Semana Santa en Francia. Dada la etapa francófila que estoy pasando, era el destino ideal. Iniciamos el viaje sin preparativos y sin un destino muy definido, más allá de una idea general: la Provenza. Para mi sorpresa, ojeando una de las guías prestadas, compruebo que el Mont Ventoux está muy cerca de Avignon, donde pasaremos la primera noche. No puedo dejar pasar la oportunidad. La verdad es que subir el Mont Ventoux en coche es relativamente sencillo. Se toma la carretera que va de Avignon hasta Carpentras, donde la carretera inicia un suave ascenso. Ya en Maulacène (encaramos la montaña por la vertiente norte) empieza la verdadera subida. Son más de veinte kilómetros sin descanso. Durante al ascenso adelantamos a varios cicloturistas que se retuercen en la bicicleta. Yo sólo tengo que pasar de tercera a segunda y de segunda a tercera. El coche es el que sufre. Es extraño, pero la carretera está prácticamente desierta, con lo que reduzco la velocidad para disfrutar de las impresionantes vistas de la llanura provenzal. A falta de cuatro kilómetros para la cima, la carretera está cortada por la nieve, así que dejamos el coche, y subimos un par de kilómetros más a pie, hasta que el hielo y la nieve no nos dejan avanzar más. Es una lástima no poder culminar la etapa, pero ya ha valido la pena. Además, hemos hecho la excursión el día de mi cumpleaños. No se me ocurre una forma mejor de celebrarlo. Creo que el 25 de julio el Tour pasa por el Mont Ventoux. Cae en sábado.

Me encontré a Messi!

Otrosí digo: el amigo Montano es un fans del Mont Ventoux, así que no estaría de más que se pasaran por su blog, en el que explica mejor que yo algunas cosas importantes. Eso sí, él aún no ha estado allí.

lunes, abril 06, 2009

Dedicatorias



Las clásicas, a la mujer amada:

“A Miriam, a quien este libro debe mucho más de lo que parece” (Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres)

“A Sara: mira, mi vida”
(Fernando Savater, Mira por dónde)

“Para Elvira, que tenía tantas ganas de leer este libro” (Antonio Muñoz Molina, Plenilunio)

A los amigos:

“A Miguel y a Dámaso, amigos míos” (Francisco Umbral, El giocondo)

“Para Jack Dunphy y Harper Lee, con cariño y gratitud” (Truman Capote, A sangre fría)

Y a los enemigos:

“Dedico esta edición a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera” (Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte)

Generalistas:

“A todas las Virginias” (Patricia Highsmith, Extraños en un tren)

“A Valladolid, mi ciudad” (Miguel Delibes, El hereje)

Patéticas:

“A Ziggy” (Ray Loriga, Héroes)

Líricas:

“A Vik Lovell, que después de haberme dicho que los dragones no existían me condujo a su guarida” (Ken Kesey, Alguien voló sobre el nido de cuco)

Misteriosas:

“A Bob Berger, por motivos que no es necesario explicar aquí y a Bob Dylan por Mister Tambourine Man” (Hunter S. Thompson, Miedo y asco en Las Vegas)

Y brutales:

“A los mozos del reemplazo del 37, todos perdedores de algo: de la vida, de la libertad, de la ilusión, de la esperanza, de la decencia. Y no a los aventureros foráneos, fascistas y marxistas, que se hartaron de matar españoles como conejos y a quien nadie había dado vela en nuestro propio entierro” (Camilo José Cela, San Camilo 1936)

lunes, marzo 23, 2009

Qué error. Qué grand erreur.


Nadie está de acuerdo conmigo. A cualquiera que se lo digo, independientemente de su tendencia política, le parece una barbaridad. Y no lo es. De hecho, cada vez estoy más convencido de que ganar la Guerra de la Inependencia a los franceses fue un inmenso error. No debériamos habernos independizado de los franceses. España francesa. Ah, la de problemas que nos hubiésemos ahorrado y la de beneficios que hubiéramos ganado.

Si los franceses se hubieran quedado aquí, para empezar, habríamos dejado la Educación en manos del Estado (francés), en lugar de que continuara en manos de la Iglesia (como ha sucedido hasta hace bien poco). Tal vez así, no seríamos ese intratable pueblo de cabreros que aún seguimos siendo. Cabreros con un Audi en la puerta, pero cabreros.

Y a partir de ahí, todo lo demás: el Código Civil se habría promulgado y aplicado 70 años antes de lo que se hizo, no nos hubiéramos quedado fuera de la escena internacional tras el Congreso de Viena, etc. En fin, que España sería parte de Francia, un país civilizado.

Pero lo que más me gusta de esta idea es que formaríamos parte de una estado verdaderamente (¡desacomplejadamente!) centralista. Con lo que, además, nos cargamos a los nazionalistas y a los madrileñistas. Por eso la idea molesta tanto a unos y a otros: los catalanistas, por ejemplo, se tendrían que pelear con París. Bueno, de hecho, no existirían los catalanistas (y, si me apuran, el catalán). Y no existirían porque habría un Estado centralista que colmaría razonablemente las necesidades de sus súbditos. ¿Que España es un país centralista? Id a Francia y sabréis qué es un páis centralista.

Como digo, ser Francia también nos ahorraría el madrileñismo, que es tan insoportable y dañino como el nazionalismo.

La oposición a mi idea es transversal: independentistas y españolistas, izquierdosos y derechosos, catalanes y andaluces. Por un motivo u otro, nadie quiere ser Francia (curiosamente, todos los opositores a mi propuesta comparten como motivo un odio irracional -atávico- a los franceses). En fin, pobres ellos (¡mamelucos!): cuando mi idea pase a ser un plan y éste se cumpla, pasarán por la guillotina. Mientras ruedan sus cabezas, yo me zamparé un entrecot.


Los cabreros y su audi: hagan clic en la foto.

viernes, marzo 13, 2009

Vía negativa



En uno de los estupendos relatos de “Anochecer”, James Salter (del que previamente leí “La última noche”, vía Montano) nos ofrece una afilada descripción de tres tipos de escritores que, salvando las distancias, podemos encontrar perfectamente en nuestros pagos. Conviene advertir que se trata de una descripción poco piadosa. Transcribo lo que dice Salter y que cada uno ponga nombres en el casillero correspondiente:

“Existe un tipo de escritor menor al que uno encuentra en una sala de biblioteca firmando ejemplares de su novela. El dedo índice tiene color de té, la sonrisa llena de dientes en mal estado. Sin embargo entiende de literatura. Sus pobres huesos se han formado con ella. Conoce lo que se ha escrito y dónde lo escribieron los autores. Sus opiniones son frías pero certeras. Son puras, como mínimo tienen eso.
Él es desconocido, aunque no carece de algunos admiradores. La verdad es que son como el matrimonio, aburridos, pero, ¿qué más hay? Su vida está en sus diarios. En ellos, en algún sitio, hay esta frase de un astrólogo: “Tus compañeros naturales son las mujeres”. De vez en cuando, quizá. No más. Su cabello es escaso. La indumentaria ya está algo pasada de moda. Sin embargo, es consciente de que existe una gloria que al final cae sobre ciertas figuras a las que apenas se prestó atención en su época, que las roza en la oscuridad y recrea sus vidas.

Hay escritores como P, que viven en una suite lujosa y calzan zapatos ingleses, que avanzan por la calle envueltos en una aureola deslumbrante y la gente parece cederles el paso, abrirles un túnel semejante al ojo de un huracán.
–He oído comentar que has hecho una fortuna con tu último libro.
–¿Qué? No les hagas caso –te dicen, a pesar de que todo el mundo sabe la verdad.
De cerca ves que los zapatos están hechos a mano. El dueño ostenta una abundante mata de pelo. Su rostro es enérgico, y su frente, y su larga nariz. El suyo es un rostro doloroso, duro como una piedra. En quien le ha interpelado reconoce a alguien que ha publicado varios relatos. Sólo dispone de un momento para hablar con él.
–El dinero no significa nada –le dice-. Basta con mirarme. No puedo siquiera permitirme un corte de pelo decente.
Habla en serio. No sonríe. Cuando regresó de Londres y le pidieron que respaldara la novela de un joven conocido suyo, contestó: “Dejadle que lo haga tal como lo hice yo. Por sí solo”.
–Todos persiguen algo –añadió.

Luego están los viejos escritores que deben su encumbramiento a la revista New Yorker y se mueven en círculos adinerados, como W, que fue famoso a los veinte años. Algunos críticos consideran ahora que su obra es superficial, carente de originalidad. Había sido amigo del escritor más importante de nuestra época, un escritor que había inspirado a innumerables imitadores. Aunque quizá fuera preferible decir que fue uno de los más grandes: no todo el mundo está de acuerdo en este aspecto, y no quiero entrar en polémicas. Más adelante, los dos se habían enemistado, pero a W no le gustaba explicar por qué.
Su primer relato, ampliamente difundido –todo el mundo lo conoce–, le había proporcionado al menos cincuenta mujeres con el paso de los años, según el mismo declaró. Su mujer estaba enterada de eso, pero al final también rompió con ella. No era un hombre que conservara su atractivo. Unas pequeñas venitas habían empezado a asomar en sus mejillas. Los ojos se volvieron rojizos e insultaba a la gente, incluso a los camareros en los restaurantes. Sin embargo, se decía que en su juventud había sido muy generoso, muy valiente… Que luchaba contra la injusticia. Había entregado dinero al bando republicano en España".

miércoles, febrero 25, 2009

Jota, segunda parte.


He descubierto que lo de Jota, de Los Planetas, tenía una segunda parte:

lunes, enero 19, 2009

Sobrevalorados



Bob Dylan: evidentemente, entre sus 778 elepés hay dos o tres canciones buenas ("Like a Rolling Stone", "Just Like a Woman"). Utilizaré dos adjetivos muy apreciados en el NJ: estólido y estomagante. A partes iguales.

Van Morrison: casi lo mismo que el anterior. Soy incapaz de tararear ni un solo tema de sus teóricas obras cumbres “Astral weeks” y “Moondance”.

Marvin Gaye: el tipo me cae bien, y tiene, repartidos en varios discos, canciones muy buenas, pero “What’s goin’ on” no está entre los cinco mejores elepés de la historia. Vamos ni entre los 500.

The Clash: punks con pretensiones. Es decir, pretenciosos. Solo tienen dos canciones buenas, “London Calling” y otra que no recuerdo.

Joy Division: aburridos hasta el suicidio.

Elvis Costello: cursilería “new wave”.

Pet Shop Boys: nunca he entendido el aprecio que la crítica tiene por estas petardas que, en realidad, deberían ocupar el mismo estante que CC Catch y Modern Talking.

The Smiths: vale, no estaban mal, pero de ahí a la santificación de Morrisey va un trecho. No se les recuerda un estribillo.

Jeff Buckley: el chico tenía una voz prodigiosa, y se lo creyó. Así, el buen disco que pudo ser “Grace” se fastidia por sus insoportables gritos. Irritante.

Bjork: otra gritona. Tampoco se le recuerda estribillo alguno.

Sonic Youth: universitarios e indies. Enmascaran con ruido su alarmante falta de ideas: quien haya ido a un concierto suyo sabrá de qué hablo.

Tricky y Massive Attack: estos trip-hoperos, al principio, tenían cierta gracia. Ahora ya podemos decir que, además de pasados de moda, son soporíferos.

The Magnetic Fields: sacaron un disco con sesenta y nueve canciones de amor, de las que no se salva ni media.

El artista anteriormente denominado Prince: en los ochenta dijeron que era un genio. Una sola canción de Michael Jackson ("Beat it", por ejemplo) vale por toda la carrera de Prince, el otro negro empalidecido.

También están sobrevalorados Bruce Springsteen, Paul Simon, Peter Gabriel, Frank Zappa, Primal Scream, Nick Drake, Paul Weller, Gilberto Gil, Joan Manel Serrat y Bárbara Streisand.



viernes, enero 09, 2009

Lo mejor de 2008 (II)





martes, diciembre 30, 2008

Lo mejor del 2008 (I)

domingo, diciembre 14, 2008

Plagiarios

Plagio: Marta tiene un marcapasos (Hombres G)


Original: At the zoo (Simon y Garfunkel)



Plagio: No puedo enamorarte de ti (Joaquín Sabina)


Original: Knocking on heaven's door (Bob Dylan)



Plagio: dB (Los Planetas)


Original: Chasing a bee (Mercuty Rev)



Plagio: Showtime (Estopa)


Original: Istanbul is not Constantinopla (They might be giants)



Plagio: Caminando por la vida (Melendi)


Original: Nights in white satin (Moody Blues)


Plagio: Why don't you get a job (Offspring)


Original: Obladi Oblada (The Beatles)



Plagio: Da' you think i'm sexy (Rod Stewart)


Original: Taj Mahal (Jorge Ben)



Y, si no, simpre te queda el auto-plagio:

Plagio: Bad Day (REM)


Original: It's the end of the world as we know it (REM)

lunes, diciembre 08, 2008

Jota. Los Planetas.




Sensacional entrevista-concierto de Diego A. Manrique al gran Jota.
Disfrutadla.

viernes, noviembre 21, 2008

¿FALSO?

Elmyr d’Hory (1906 – 1976) fue un pintor húngaro que se hizo famoso (y rico), falsificando cuadros. Durante su intrincada vida, que dio para un documental del mismo Orson Welles (“F for Fake”), falsificó cerca de un millar de obras de artistas como Picasso, Modigliani, Matisse, Renoir, Toulouse-Lautrec, Gauguin y Chagall. En los años 50 y 60 sus cuadros colgaron en galerías y museos de arte moderno de todo el mundo, especialmente Estados Unidos. La fama que tiene Hory ha supuesto que, actualmente, se hagan exposiciones de sus falsos cuadros, muy valorados. La gente que ahora va a estas exposiciones pregunta: “¿Es un Hory auténtico?”. La respuesta es fácil: “No es un auténtico Cezanne, pero sí un verdadero Hory”.



Un Hory auténtico



La otra cara de la misma moneda es Anthony Auerbach, un joven artista británico que, empezó a pintar principios de los noventa, y cuya pintura, curiosamente, era muy similar a la de Frank Auerbach, pintor ya consagrado y que desde hacía décadas vendía sus cuadros por cifras millonarias. La alerta la dio la revista The Arts Newspaper ante la primera exposición individual de Anthony. Al igual que el viejo Auerbach, el joven Auerbach dibujaba con carboncillo, trazaba líneas caóticas, pintaba sobre collages de papeles, etc. Según la crítica, el joven Auerbach lo hacía deliberadamente, con la pretensión de que lo confundieran con el viejo.


Un verdadero Auerbach


No parece que Anthony tuviera problemas con la justicia cuando firmaba sus cuadros con su apellido. Elmyr d’Hory tampoco los tuvo cuando empezó a firmar con el suyo.

lunes, octubre 27, 2008

Ejercicio de estilo

90’s- Stockton, California- Stephen Malkmus- baja fidelidad- the fall- inclinado y encantado- grupo de culto- radios universitarias- after the glow, the scene, the stage, the set- lluvia torcida, lluvia torcida- distorsión- estaba listo para el éxito pero el éxito nunca llega- camisetas a rayas- wowee zowee- soy indie y soy cool- fib- gafas de pasta- brighten the corners- decadencia- fractura- Pavement

viernes, octubre 03, 2008

Antònia Font: la isla posible.

Como alguno sabe, muchos sospechamos y la mayoría ignora, la música española (en su vertiente pop-rock), por fortuna, no se reduce sólo a los estopas, cantos del loco, orejas o (aún peor) papitos. Cierto es que para encontrar algo valioso hay que rebuscar bastante y, al menos, estar algo atento al panorama (desolador, por lo demás). Dentro de este infausto mar de mediocridad, en el que imperan el pop cursi, los cantautores demodés, el rock aflamencao, la rumbita y demás horteradas, encontramos una isla llamada Antònia Font. El grupo mallorquín es, sin duda, la propuesta más sugestiva del momento. Con referentes como los Falming Lips o el propio Jaume Sisa, Antònia Font sugieren un pop espacial de letras surrealistas.



“Comandant Armando Rampas/ no te follis ses hostesses una darrera s'altra” (Comandante Armando Rampas, no te folles a las azafatas una tras otra) escribe Joan Miquel Oliver, en una de su canciones.



Sus dos mejores discos son “Taxi” y “Batiscafo Katiuskas”, aunque en elepés anteriores encontramos también magníficas canciones como “Tots es motors” o “Alegria”.



“Retxes de sol atravessen blaus marins,
ses algues tornen verdes i brillen ses estrelles,
que ja s'ha fet de nit i es plàncton s'il•lumina
i canten ses sirenes aproximadament per no existir.”



Sus cinco mejores canciones:

Alegria
Tots es motors
Batiscafo Katiuscas
Bamboo
Mecanismes

jueves, agosto 21, 2008

The real Olympic Games

A pesar de lo que les hayan contado, los verdaderos JJOO se disputaron este año en Galicia. Para ser más concretos, en Carnota, pequeña localidad gallega en la que, el día 15 de agosto de 2008, cinco atletas, representando a tres países, disputaron una verdadera Olimpiada, en la que se cumplió con el espíritu olímpico. Guillermo Fabra, Cyril Gauthier, Joan P., Iñaki Valls y Francisco González lucharon con nobleza por llegar más alto, más lejos, más fuerte.

P. dominó la longitud y el triple salto, pero mostró una gran pobreza técnica en los lanzamientos, logrando seis nulos en seis intentos. Gauthier fue más regular, pero pinchó estrepitosamente en los relevos. Fabra y Valls destacaron en salto de altura y no lo hicieron mal en lanzamientos. González, correcto en saltos y relevos, tuvo un discreto resultado en lanzamientos.


Participantes:

1.- Guillermo Fabra (aka Bebito) ESP


2.- Cyril Gauthier (aka Beatles!!!) FRA

3.- Joan P. (aka Johny Pistolas) CAT

4.- Iñaki Valls (aka Kauskas) ESP
5.- Francisco González (aka Mapache) ESP



Resultados:

Longitud
World Record 8.95 POWELL Mike USA
Olympic Record 8.90 BEAMON Bob USA


1.- GAUTHIER Cyril FRA ________4,58
2.- P. Joan CAT _______________4,55
3.- GONZÁLEZ Fco ESP _________4,20
4.- VALLS Iñaki ESP ___________3,95
5.- FABRA Guillermo ESP________3,70


Salto de altura

World Record 2.45 SOTOMAYOR Javier CUB
Olympic Record 2.39 AUSTIN Charles USA


Intentos____________1,25________1,35
1.- VALLS Iñaki________o_________xxx
1.- FABRA Guillermo ____o_________xxx
2.- GAUTHIER Cyril ____xo________xxx
3.- GONZÁLEZ Fco ____xxx
3.- P______ Joan_____xxx


Lanzamiento de peso
World Record 23.12 BARNES Randy USA
Olympic Record 22.47 TIMMERMANN Ulf GDR


Intentos _______________1_________ 2_______ 3
1.- FABRA Guillermo _____13,70 _______x ______12,50
2.- VALLS Iñaki ________12,60______ 12,80_____ x
3.- GAUTHIER Cyril______ x_________ x_______ x
3.- P Joan _______x_________ x _______x
3.- GONZÁLEZ Fco ______ x_________ x_______ x


Lanzamiento de martillo
World Record 86.74 SEDYKH Yuriy URS
Olympic Record 84.80 LITVINOV Sergey URS


Intentos ______________1__________ 2_______ 3
1.- GAUTHIER Cyril _____12,97_______ x________ x
2.- FABRA Guillermo_____11,23_______ x_______11,45
3.- VALLS Iñaki ________10,02_______x_______ 9,87
4.- GONZÁLEZ Fco ______9,45 _______x________ x
5.- P Joan ________x ________x________ x


Triple salto
World Record 18.29 EDWARDS Jonathan GBR
Olympic Record 18.09 HARRISON Kenny USA


1.- P Joan ________9,60____ 9,80____ 10,21
2.- GONZÁLEZ Fco ________x________x_____ 9,92
3.- GAUTHIER Cyril _______x________x _____9,60
4.- VALLS Iñaki _________8,50_______x_____ 9,08
5.- FABRA Guillermo _____8,45 _____9,01_____9,00


Relevos 2x50

1.- ESP-CAT (Fabra- P. Joan) 38'',05
2.- FRA-ESP (Gauthier-González) 37",78


Documentos gráficos


Fabra quería surfear.....y acabó saltando.


P. y Gauthier: qué estilazo en longitud!


La altura fue la prueba más complicada...




Rostros de esfuerzo


Peso



Y martillo




No os perdáis los vídeos!!!!!





domingo, julio 13, 2008

Barcelona ciudad

Barcelona ya no existe. Para el que viene de fuera, a pasar pocos días, seguramente Barcelona es una ciudad agradable y hasta bonita, en la que la oferta cultural y de ocio es bastante interesante. La brisa mediterránea aún permanece. Pero para el que ha vivido en Barcelona toda la vida, la ciudad ha perdido sus esencias y carácter. Ha dejado de existir. A nadie, en un sano juicio, se la ocurrirá ir a tomar una cerveza al casco antiguo o, simplemente, pasear por las Ramblas. El modelo de depredación turística, instigado por todas las administraciones, ha dejado Barcelona en manos de los guiris de garrafa. Todo esto es archiconocido y ha sido ampliamente difundido en los últimos tiempos.

Más interesante es la evolución de la ciudad en los últimos veinticinco años, y, en concreto, lo que se decía en la época, hasta llegar al actual desenlace. Félix de Azúa disparó primero, con un famoso artículo, Barcelona es el Titanic:

“El caso es que Barcelona está yéndose a pique. Que sus noches son cada vez más breves, y una tristeza de perdedores de Liga se va amparando en las Ramblas. Que esa insoportable ñoñería que los forasteros llaman seny, y que es un defecto de las capas más prehistóricas de la burguesía catalana, está acabando con la ironía, que es la única virtud del pueblo catalán que ha dado muestras de verdadero talento: la ironía es lo vivificante de Pla, de Foix, de Carner, de Brossa, de Ferrater, y corto por no ponerme pesado.
Dentro de poco esta ciudad parecerá un colegio de monjas, regentado por un seminarista con libreta de hule y cuadratín de madera, a menos de que las capas más vivas de la ciudad salgan de su estupefacción. Jaime Gil, en un célebre poema, habla de "estos chavas nacidos en el Sur" despreciados por sus patronos. "Que la ciudad les pertenezca un día", grita bíblicamente, con un gesto de horror hacia la patronal que él tan bien conoce. Pero la astucia de los poderosos nos está devolviendo la misa de doce en Pompeya, el paseo por la Diagonal, el verano en S'Agaró y la esquiva mirada de un proletariado tiznado de hollín espiritual."


(FELIX DE AZUA 14/05/1982)


Pero, en aquella época, había gente de una generación más joven que la de Azúa que aún se lo pasaba bien. Monzó dedicó buena parte de sus artículos de las primera mitad de los 80 a reivindicar la ciudad. Poco a poco, se fue haciendo más escéptico:

“Barcelona es una ciudad que no se gusta. Querría ser no se sabe bien cómo: de otra manera; no sabe de cuál exactamente, pero nunca cómo es. A este asco de ser como es contribuyen diversas cosas. Por una parte: el sentido autocrítico de los barceloneses, que no baja nunca la guardia, a diferencia de lo que pasa en muchas otras ciudades. Por otra: hace tiempo que Barcelona no es líder en nada. Durante el franquismo, los que estaban interesados, montaron tenderete para vender la idea de que Barcelona era la ciudad líder de aquello que llamaban la “lucha antifranquista”. Muerto el perro, lo que menos les interesa es que Barcelona sea la ciudad líder de ningún tipo de lucha, porque muchos de ellos son ahora los nuevos perros. Barcelona, entonces –dicen-, ya no es líder de nada. Y para proclamarlo a los vientos que sea, los niñatos de Calvo-Sotelo dan a luz aquella teoría que hace de Barcelona un Titanic. Teoría que, como era fácilmente previsible, ha pasado de moda. Y en menos años de los que hacen que una moda se pase con dignidad. El Titanic de Barcelona se ha pasado de moda más rápido que el escubidú, los pósters del Che Guevara, las camisas hawaianas, las canciones de Juan & Júnior, el Segon Congrès de la Llengua, los libros de Marcusse, Humphrey Bogart o la expresión “demasié”. Hasta tal punto se ha pasado de moda decir que Barcelona se hunde que hay optimistas que –con la misma falta de pruebas con la que antes proclamaban el naufragio- ahora proclaman que Barcelona pasa por un gran momento.
(…)
Y el milagro es que muchos de los que ahora proclaman que Barcelona es una maravilla son los mismos que hace cuatro años decían que no se podía vivir en ella, de aburrida como era. Se han convencido que no son el Titanic simplemente porque puede practicar el nuevo deporte nacional, que consiste en ir de bar moderno en bar moderno, con la misma perseverancia con la que hace años iban de tascas, después fueron a…”.


(QUIM MONZÓ, 1986; traducido del catalán).




Y esto es lo que dice Monzó seis años después: “Que nadie lo dude: enseguida que desaparezca el orgasmo del 92, Barcelona pasará nuevamente a interrogarse (día y noche) sobre su condición existencial, astral y nacional, sobre lo divino y lo humano, sobre si ha valido la pena convertirse en una de las ciudades más caras de Europa y sobre si, tal vez (para pagar vete a saber qué pecado original) los barceloneses deberíamos de escupirnos en la cara, cada mañana, ante el espejo.”


(QUIM MONZÓ, agosto 1992; traducido del catalán).




Un resumen de lo cultural, hasta llegar a donde ahora nos encontramos, nos lo da Guillem Martínez:

“(…) A finales de los 70’s BCN vivía un pitote cultural. El modelo cultural franquista se había agotado –es decir, el antifranquista; el modelo franquista no podía agotarse porque nunca existió; consistió en evitar la existencia de otro modelo-. Aún no estaba dibujado el modelo democrático vigente. En ese despelote, ciertas tendencias radicales, contraculturales y provocativas, que buscaban en la cultura una regeneración moral del franquismo y una liberación a gogó, campaban a sus anchas por la ciudad. Aunque le cueste creerlo, ese pitote no era cosa de la Gene, L’Ajuntament o/y la Gauche Divine, o el Ministerio de Cultura –esa invención de 1978, y que hoy parece la cosa más natural del mundo-, sino de todo lo contrario. Estaba protagonizado personas con apellidos de guía telefónica, de extracción y hábitos poco burgueses. Eran libertarios. O por ahí.
(…)
...la nueva estructura de la cultura que ahora disfrutamos. Una estructura en la que los intelectuales no se separan mucho de los partidos, instituciones o empresas que les dan trabajo. Una cultura en la que la individualidad y la independencia –salirse, vamos, de la Cultura de la Transi- está penalizada. Una cultura en la que la existencia y, también, el do de pecho del escritor pasa por estar haciendo el mono hoy, día de Sant Jordi, firmando libros, en Las Ramblas. Unas Ramblas y unos libros en los que no queda ningún hombre desnudo. O han muerto. O llevan corbata y trabajan en la COPE o en lo más parecido, que igual es todo lo contrario. Guau. Hoy estoy apocalíptico.."


(GUILLEM MARTÍNEZ, abril 24, 2005)


Y esta es la banda sonora de tot plegat:



viernes, mayo 23, 2008

Clásicos de la postmodernidad


"El analfabetismo, como causa de atraso y de barbarie, es una superstición de nuestras izquierdas. «Hay que leer», se dice; pero «¿Qué es lo que hay que leer?» preguntaría yo. Para mí este punto es de una importancia capital, y mientras alguien no me lo aclare de un modo satisfactorio votaré por el analfabetismo. Yo creo, en efecto, que si España quiere conservar la originalidad de su carácter y de su inteligencia tiene que poner a salvo de las pamplinas periodísticas y los lugares comunes literarios un 50 por 100, cuando menos, de su población.
(…)
Por mi parte opino que en España sólo los analfabetos conservan íntegra la inteligencia, y si algunas conversaciones españolas me han producido un placer verdaderamente intelectual, no han sido tanto las del Ateneo o la Revista de Occidente como las de esos marineros y labradores que, no sabiendo leer ni escribir, enjuician todos los asuntos de un modo personal y directo, sin lugares comunes ni ideas de segunda mano."

(Julio Camba, La ciudad automática, 1932)



"La música bona agrada més als homes que a les dones. Aquesta diferència està potser relacionada amb la diversitat de la força sensual. En aquest aspecte, els homes tenim, probablement a totes les edats de la vida, una força més petita. Això converteix potser la música en el plaer sensual imaginatiu dels febles i dels pobres –dels pobres en tots sentits! La música de les dones –i la de Don Joan– deu ésser la música de regiment."

(Josep Pla, El quadern gris. Dietaris 1918 -1919, 1966)



“—Todos dicen lo mismo –exclamó el Madrileño-. Maldonado es el tipo de republicano español. ¡Son admirables esos tíos!
—¿Por qué? – dijo el Bolo.
—Sí hombre; odian a los aristócratas, porque no pueden ser aristócratas; se las echan de demócratas, y les molesta todo lo plebeyo; se las echan de héroes, y no han hecho ninguna heroicidad; se las echan de Catones, y el uno tiene una casa de juego; el otro una taberna… ¡Rediós! Así es muy fácil ser austero… Luego todos son absolutistas…, y toda su emancipación consiste en dejar de creer en el Papa para creer en Salmerón o en cualquier fabricante de frases por el estilo… A nosotros no odian porque ya discurrimos sin necesidad de ellos.”

(Pío Baroja, Aurora roja, 1904)

lunes, abril 14, 2008

(PEQUEÑOS) MOMENTOS NEFASTOS DE LA HUMANIDAD

(PEQUEÑOS) MOMENTOS NEFASTOS DE LA HUMANIDAD

Al hilo de lo que ya dijimos aquí, además de momentos estelares, la Humanidad también nos ha ofrecido un número nada desdeñable (y, seguramente, superior) de momentos nefastos. En un plano histórico, y como reverso de la propuesta de Zweig, podríamos acordarnos del 30 de enero de 1933, o, por qué no, del 12 de octubre de 1492. Sin embargo, como en la anterior ocasión, nos centraremos en el mundo de la música y el cine, territorios fértiles para la hecatombe artística.

Cierto es que la literatura ofrece un caudal inigualable de obras funestas . Así a vuelapluma, se me ocurre “Perséfone” de Ricardito Bofill, "una aventura mitológica en clave grunge", según su autor, y un hito de la nefandez literaria según los demás. Pero tampoco es cuestión de fijarse en freaks o en obras sin mayores pretensiones, porque, si no, no acabaríamos nunca. Los mejores ejemplos, en mi opinión, son los de aquellos "creadores" que, pensando hacer algo valioso, han metido la gamba hasta el fondo.


Cine:

Como aperitivo, un recopilación de: escenas ominosas.

Pero vayamos a lo serio:

Ángel Fernández Santos tituló la crítica de este film así: "Y el director, trece".

Luc Besson, infame elemento.

Mis preferidas son las películas de directores con ínfulas:

Coppola ya la cagó en “One from the heart”, pero en Tucker y, no lo neguemos, El Padrino III, tocó fondo (sobre todo en su final: nunca Pacino ha estado peor).

1941: Spielberg.

En España no nos quedamos cortos:

“Los abajo firmantes”: por Dios, mirad el tráiler!!!

Basada en una novela de Fernando Delgado, “La mirada del otro”, de Aranda. Atroz.

No olvidemos, retomando el principio, que Ricardito también alcanzó elevadas alturas en el mundo del celuloide: Hot Milk. Pero el caso de Ricardo Jr. es hors catagorie.


Música:

Qué mala es esta canción de la inaguantable Whitney Houston: I will always love you. Ah, y la peli no se quedaba corta.

La mega-plasta por excelencia: Celine Dion.

Nosotros somos el Mundo, nosotros somos los niños: Jacko, vete a cagal!.

Dueto malo malísimo (y mira que la canción es buena): Bono ¿qué te ha hecho Frankie?.

En este video de Mecano, todo da grima, especialmente, la rima infame: York-york, a los 4'16''.

Ha visto cosas que no creeríais: por ejemplo, al estomagante por excelencia, perpetrando el título más pretencioso habido: Naves ardiendo más allá de Orión. Sí, es Ismael Serrano.

Seguridad Social, ya en el grito inicial ves que la cagan: Chiquilla!

Uno de los mejores casos es el de Miguel Bosé, que ha alcanzado las más bajas cotas artísticas en el cine y en la música.

Y como colofón final (este video no se lo deben perder): el peor play back habido; el de Enrique:



Los ejemplos son casi infinitos.


Desierto Polaco